PISO JOSE.
NOCHE.
Jose
entra en su piso, completamente borracho y bailoteando. Va al dormitorio y
comienza a desvestirse mientras mira a su novia con picardía.
“Cariño…
¿estás despierta?”
Jessica
permanece profundamente dormida, Jose le da unos suaves besos por el cuello,
pero la chica se limita a refunfuñar. Jose decide dejarla dormir. Le aparta el
cabello del rostro mientras le besa la frente.
Los
ojos del chico se detienen en el portátil, permanece pensativo un instante. Se
sienta ante el ordenador y se conecta a Facebook, escribe un mensaje a Pita.
“¿Estás despierta, bella
durmiente? ;D”
Entra
en el perfil de la chica, comprueba que su estado es “Desconectada”. Jose ve
que entre las fotos de Pita hay una en la que aparece en bikini.
El
joven se gira para comprobar que Jessica continúa dormida. Pone la foto a
pantalla completa y observa el cuerpo de Pita.
Jose
se levanta sin hacer ruido, sale del cuarto con el portátil en la mano. Jessica
abre los ojos, fingía estar dormida. Sale del dormitorio en silencio,
preocupada. El piso permanece a oscuras, pero ve como sale luz por debajo de la
puerta del baño. Jessica se acerca de puntillas, pega su oído a la puerta.
Oye
los jadeos de Jose y los chasquidos repetitivos y monótonos que hace mientras
se masturba.
Aparece
un mensaje en la pantalla del ordenador. Es de Goku. Jose lo abre, extrañado.
“Tenemos
que hablar tú y yo.
Mañana a
las 6 en el bar.”
Jose
aparta la mirada del portátil. Queda pensativo. Asustado.
BAR
Jose
ante la puerta del bar de Samuel. Nervioso. Entra en el local. Pasea la mirada
hasta encontrar a Goku. Ve que tiene la mano vendada. Se sienta junto a él.
“Buenas…”
“¡Hombre!
¡El señor Jose! Siéntate, hombre, siéntate.”
Jose
toma asiento. Pero los dos quedan en silencio y eso aumenta su nerviosismo.
Goku se limita a darle un trago a su tercio, así que decide iniciar él la
conversación.
“Bueno…
¿Qué… qué querías? ¿Qué pasa?”
“¿Qué
pasa? ¿Cómo que ‘qué pasa’?”
“A
ver, tú me has llamado, a mí que me cuentas.”
“Mira,
chaval, has intentado que Pita me pille con otra tía, has puesto a mis colegas
en mi contra…”
“¿¡Qué
dices, qué me estás contando!?”
“…¡Me
destrozas la mano, mi abuelo ayer casi me mata, y me has reventado la puta
moto! ¡¿Tú sabes lo que vale esa moto, chaval?! ¿¡Eh!?”
“Sí,
sí. Tú échale la culpa a los demás de tus gilipolleces.”
“A
ver, que me la pela. Que lo que quiero es que le eches huevos de una puta vez y
me digas que coño te pasa conmigo, ¿vale? Que me tienes hasta aquí de tanta…
puñaladita trapera y tanto ir a lo sucio.”
Jose
permanece desconfiado, mira a Goku con aire analítico.
“Quiero
que dejes a Pita.”
Goku
queda boquiabierto.
“¿Estás
de coña?”
“Tú
has preguntado.”
“¿Me
has estado dando por culo por esa loca de mierda?”
Jose
se limita a mirarle fijamente. Goku permanece pensativo. Mira a Jose a los
ojos. Desafiante.
“Doscientos
pavos y es tuya.”
Jose
queda pasmado, ni siquiera articula palabra.
“Doscientos
pavos y te garantizo que mañana te la estás follando.”
Goku
extiende su mano en dirección a Jose.
Éste
saca la cartera y le entrega un puñado de billetes arrugados. Goku cuenta los
billetes ante la desconfiada mirada de su interlocutor.
“Mañana
te traigo el resto, ¿vale?”
“Joder,
tío… eres gilipollas. Pero gilipollas, gilipollas.”
PISO
Jose
está en el baño, colocándose la gomina en el pelo con sumo cuidado. Tiene el
móvil en manos libres, Carlitos le dice por el auricular.
“Entonces…
¿Ya está?”
“Ya
está.”
“¿Goku
está fuera?”
“Fuera
de juego. Del todo.”
“Hostia
puta… Tío, no me lo creo. En serio, eres la hostia, tío. El puto amo, Jose.”
“¿Te
vas a poner en plan besucón o qué?”
“Más
quisieras, comepollas.”
“¡Ja,
ja!”
“De
todos modos, Jose, vamos a tener que dejarlo.”
Jose
queda contrariado.
“¿Qué…?”
“Que
mis padres se han enterado de lo de la pelea de Goku y me han castigado sin la
tarjeta. No puedo darte ni un duro tío.”
Jose
queda atónito, no sabe como reaccionar.
“Lo
siento mucho, tío. Te lo has currado mogollón y…”
“Lo
haré gratis.”
El
auricular permanece mudo por un instante.
“¿Cómo?
¿Qué has dicho?”
“Que
lo voy a hacer gratis. Ya está.”
“Pero,
Jose, tío… ¿Le vas a putear la vida Pita solo porque sí? ¿Por qué te sale de
los cojones? Que eso es de locos, Jose. Es que… me has dado miedo, joder.
Tienes que estar muy puteado para querer hacer…”
Jose
cuelga. Termina de acicalarse mientras aprieta los dientes y los puños con
rabia contenida.
…
Jose
va a su dormitorio, con la toalla liada a la cintura. Abre un cajón de la
cómoda. Le extraña ver que está completamente vacío. Abre el segundo cajón,
también está vacío. Tras él entran Jessica y su hermano. La chica coge un
montón de prendas del armario y el hermano del siguiente cajón de la cómoda. La
dejan en salón, en varias bolsas rebosantes de ropa.
Jose
queda descolocado, se acerca a las bolsas y reconoce las prendas de inmediato:
es toda su ropa.
En
el dormitorio, Jessica termina de sacar lo que queda en el armario. Jose mira a
su novia, en busca de una respuesta. Ella se limita a mirarle con asco. Le
cierra la puerta en las narices de golpe, dejándole solo en el salón.
BAR
Jose
se encuentra con Goku en la entrada del bar. Éste comenta algo a Jose mientras
señala el interior del local con mucha efusividad antes de despedirse. Jose se
dispone a entrar en el bar.
“¡Eh!”
Jose
se detiene bajo el marco de la entrada cuando Goku le llama.
“La
próxima no va a ser por las buenas. Así que cuidadito.”
“Que
sí, que sí…”
“Que
te quede bien claro.”
…
Jose
entra en el local. Pita está en una mesa con Pikachu, llorando. Jose paga un
par de copas en la barra y se acerca a ellas.
Hace
un gesto a Pikachu al entregarle una de las copas, para pedirle que le deje a
solas con Pita. Ésta se levanta y da un beso a su amiga antes de irse.
“Voy
con Gus un momento. Ahora vuelvo, cari.”
Jose
se sienta junto a Pita, le pasa la otra copa.
“¿Qué
tal, guapetona? ¿Cómo estás?”
Ella
se limpia las lágrimas, intenta simular naturalidad.
“¡Hey!
¿Qué me traes ahí?”
“Unas
copitas, para animarte.”
“Joder,
que recibimiento.”
“¿Seguro
que estás bien?”
“Dios…
Llevo una racha… Supongo que ahora tendré que ir a Berlín sola.”
“Si
necesitas lo que sea… Que no te dé ni el más mínimo reparo en pedírmelo, ¿vale?
Si necesitas… Hablar o lo que sea…”
Ella
le coge la mano.
“¿Por
qué eres siempre tan bueno conmigo?”
Jose
se limita a sonreír, apartando la mirada.
“Es
que con la gente de mi edad cuesta hablar de estas cosas, ¿sabes? Son unos
críos.”
“Claro,
claro…”
“Da
gusto hablar con un hombre de verdad.”
Pita
sonríe a Jose con dulzura. Éste le devuelve el gesto.
“La
verdad, hasta me alegro de lo de Goku… Es que… Hay otro chico, ¿sabes?”
A
Jose se le ilumina la mirada, le sigue el juego.
“¿Y
quién es ese chico misterioso?”
Ella
ríe.
“¿Y
tú por qué quieres saberlo?”
“¿Tan
feo es que te da vergüenza decírmelo?”
“¡Ja,
ja, ja!”
Pita
se toquetea el pelo y le dice mientras aparta la mirada:
“¿Tú
crees qué…? Ya sabes… ¿Qué Carlitos querría salir conmigo?”
Jose
queda atónito, no esperaba esa respuesta.
“Es
que… Se ha portado superbién conmigo estos días. Y me escucha, y me apoya…”
“Entiendo,
entiendo…”
“Pero…
es que me ralla mucho. Ese crío me quiere demasiado, ¿sabes? Y no quiero
hacerle daño. Con Goku es fácil, se la suda todo.”
“Ya,
pero es que nadie ha dicho que las relaciones tengan que ser fáciles, Pita.”
“Ya…
No sé. Yo que sé… De verdad, que harta estoy de todo…”
Ella
se arrima a Jose, apoya la cabeza en su hombro. Éste aprovecha para rodearla
con un brazo.
…
Jose
y Pita bailotean, ríen con las copas a la mitad. Jose se acerca al oído de la
chica.
"¿Alguna
vez te han dicho que eres muy guapa?"
Pita
suelta una risita.
"¡Ja,
ja! Alguna…"
Jose
responde.
"Que
cruel es la gente…"
“¡Oye!”
Jose
ríe mientras Pita le da un empujón y le dice de forma coqueta:
“¡No
seas malo!”
Comparten
una larga mirada, una sonrisa pícara. Pero una mano se posa en el hombro de
ella.
“Pita…”
La
chica se gira para ver quien de quien se trata. Ambos se quedan de piedra al
ver frente a ellos a Carlitos. El chico parece confundido, nervioso.
“Tenemos
que hablar, Pita.”
Ella
no reacciona, Jose tampoco sabe que hacer, solo balbucea algunas palabras.
“Carlitos
¿pero… pero que haces, tío?”
“Ven,
Pita, ven por favor.”
“Pero…
Carlitos…”
Pita
se deja arrastrar por Carlitos, en silencio. Jose ve como Carlitos habla a la
chica en la otra punta del bar, con grandes aspavientos, con la mirada
suplicante. Ella tiene los ojos clavados en el suelo, niega con la cabeza. Jose
ve como Carlitos coge a la chica de las manos, a modo de ruego. Pero ella niega
con más fuerza. Aparta a Carlitos y atraviesa el bar, hasta llegar a Jose. Le
coge de la mano y lo lleva fuera del local. Jose comparte una última mirada con
Carlitos. El chico le mira con rabia.
OTRO BAR
Jose
y Pita permanecen en silencio, con las copas a la mitad y las raciones sin
tocar. Jose se mete un montón de calamares en la boca. Demasiados, le cuesta
masticarlos. Ve que Pita no toca la comida, le acerca el plato mientras lucha
contra la enorme bola que tiene en la boca. Pita no reacciona.
“¿Nof
quieref?”
Pita
asiente, y Jose le hace un gesto para que se sirva. Ella le dice con la cabeza
gacha:
“Q-quiero…
quiero ese trozo…”
Su
mano señala la boca de Jose.
Éste
queda congelado, deja de masticar.
“¿Quéf?”
“Quiero
ese…”
“¿Eftaf
de coña?”
Pita
vuelve a negar mientras cierra los ojos y separa los labios. A la espera del
bocado.
Jose
permanece contrariado.
“¿Feguro?”
Ella
asiente con ansia.
“Dame,
dame…”
Jose
le sigue el juego, deglute en su mano. Siente repelús cuando sus dedos entran
en contacto con la comida medio masticada. La introduce en la boca de Pita.
Ella
la paladea, intenta resultar sensual.
HOSTAL
Jose
paga una habitación en recepción mientras Pita le abraza la espalda.
Entran
en el dormitorio mientras se besan. Se tumban en la cama, las caricias se
vuelven más tórridas, ardientes. Jose mete sus manos bajo la ropa de la chica,
las acerca a los pechos. Ella se aparta de un salto, comienza a recoger sus
cosas.
“T-tengo…
tengo que irme.”
Jose
la rodea con sus brazos, le besa el cuello. La chica se regodea de gusto, pero
vuelve a separarse.
“Que
me tengo que ir, de verdad.”
“¿No
estás a gusto conmigo?”
“Sí,
por eso, por eso me voy.”
“Pero…
¿por qué no me lo has dicho antes de pagar la habitación?”
A
la chica le cambia la cara.
“¿¡Te
crees que por pagar una habitación de mierda tengo que follar contigo!?”
“Pita,
Pita, oye. Tranquila. No vamos a hacer nada que no quieras.”
“Es
que… yo sí quiero…”
“¿Entonces?”
“Pues
que llevo mucho esperando para joderla con… con un tío que… que solo va a lo
que va.”
“¿Cómo
que solo voy a lo que voy? ¿Pero tú has visto la que he liado para estar
contigo?”
Pita
duda. Se acerca a Jose, con gesto inseguro. Le mira a los ojos, él le sostiene
la mirada. Pita agacha la cabeza.
“D-dime…
dime que m-me quieres…”
Jose
queda contrariado. Pita nota su inseguridad, se pone nerviosa. Jose se
precipita en responder.
“Eh,
eh… Si no te quisiera no estaría aquí. No te imaginas lo importante que eres
para mí. Te lo digo de corazón.”
Pita
continúa dudosa. Responde sin levantar la vista.
“¿Tienes
condones?”
Una
gran sonrisa ilumina el rostro de Jose. Entra en el baño de un salto y cierra
la puerta. Coge los preservativos de sus pantalones. Le dedica una mirada de
socarrona superioridad a su reflejo. Pero su actitud cambia, no puede apartar
los ojos del espejo.
Saca
un alfiler.
Se
observa a sí mismo con atención. Cierra los ojos, su respiración se acelera.
Atraviesa
el envoltorio del preservativo con el alfiler. Lo agujerea una y otra vez.
…
Jose
se sitúa frente a la puerta del baño, acerca la mano al picaporte. Le palpitan
los dedos. Se detiene, intenta serenarse.
Cruza
la puerta. Pita le espera, de pie, en un rincón del cuarto. Tensa. Aún vestida.
“¿Todavía
estás así?”
Pita
no responde, permanece en la misma actitud. Jose se esfuerza por mostrar una
sonrisa amable.
“Bueno,
habrá que desnudase, ¿no? O poco vamos a hacer… Je, je…”
Pita
asiente, pero permanece inmóvil. Jose comienza a desvestirse, se encuentra más
tranquilo. Pita se quita la ropa en actitud aséptica y sumisa. Tiene mucho
cuidado al desprenderse de cada prenda, para que no se vea nada de su cuerpo.
Al terminar, Jose comprueba extrañado que la chica lleva un grueso camisón bajo
la ropa.
“¿Llevas
un camisón? ¿Bajo toda la ropa?”
Pita
asiente.
“Pero
quítatelo, mujer.”
Pita
niega con la cabeza. Jose se le acerca.
“Que
yo también quiero disfrutar de tu cuerpo, mi niña.”
Pita
baja aún más la cabeza. Él le acaricia el rostro. Al tocarla, Jose nota como
tiembla. La toma del mentón, le obliga a mirarle a los ojos.
“Eh.
Que estoy aquí. Y quiero que sepas una cosa: siempre voy a estar aquí, ¿vale?
Siempre.”
Pita
levanta la vista, le mira. Un leve atisbo de sonrisa se dibuja en sus labios.
Acerca su rostro al de Jose, le besa con mucha ternura. Casi una caricia. Alza
los brazos, como una niña pequeña, para que él la desvista. Jose tira con delicadeza del camisón. Pita está ante
él, completamente desnuda. Jose observa su cuerpo. Queda pálido, congelado.
La
chica está cubierta de moratones. De marcas. Señales de golpes.
Pita
nota la reacción negativa de Jose, se cubre con las manos. Él continúa atónito.
Pita le abraza y le susurra.
“No,
Jose, tranquilo. No pasa nada, no pasa nada…”
Jose
la mira a los ojos, interrogante, muy preocupado. La chica baja la mirada, está
claro que le cuesta hablar.
“Los
moratones son… Esto no se lo puedes contar a nadie, ¿vale? Ni a Pikachu, ni a
Carlitos… A nadie.”
Pita
hace un gran esfuerzo para que salgan las palabras de sus labios.
“Tengo
lupus, Jose.”
Él
la mira boquiabierto. En shock.
“Es…
es una enfermedad del sistema inmunitario, ¿sabes? Y… Y lo más jodido es que
es…”
Jose
termina la frase.
“Crónica
e incurable…”
Los
dos quedan en silencio, demasiado afectados para hablar.
“Jose…
por favor, ni una palabra a nadie, ¿vale? Prefiero… prefiero que me miren como
a una loca que con lástima.”
Jose
la acerca contra sí, con fuerza, con los ojos húmedos. Rompe a llorar en brazos
de Pita. La chica intenta consolarle.
Fin Capítulo 7
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